¿Quién votará por El Boli?

Contrariamente a cuando el Boli llegó a la política, de la mano de algunos y los susurros de que era el preferido del presidente… Bolívar Varela, el diputado, llega al PRM luego de haberse querido vender como opción para alcalde mientras que el partido, posiblemente por números pero siempre actuando de forma no democrática, seleccionó a Luis Alberto como el «indiscutible» a competir.

El «jefe político» de El Boli ya se había mudado de partido y, recién llegado, le habían asignado el PROPEEP aunque quitándole de encima las responsabilidades fuertes, por lo que se ha dado a la tarea de recorrer el país «juramentando gente», incluyendo las de El Boli o en las llamadas «jornadas de inclusión» que no son más que las instituciones de asistencia social (dádivas) todas en uno.

El Boli llega a un partido donde todos los mandos son horizontales, donde nadie es capaz de trazar líneas, un «sálvese quien pueda» en el cual ha tratado de sobrevivir, siempre de la mano de sus anfitriones, pues… si no fuera así… «se lo comen crudo».

El PRM no admite recién llegados… algunos que solo llegaron al partido con un año de formado este no les han perdonado pues muchos se autoproclaman «verdaderos perremeistas» sin entender que el crecimiento y lo que les podría hacer sobrevivir hacia afuera es admitir a los «nuevos» hijos como bienvenidos… pero eso no funciona así.

El Boli compite en un escenario con la veterana Delly, el eterno siempre candidato Jorge Frías y la respaldada por varios equipos políticos, Magaly Segura.

El nicho de El Boli no está dentro del PRM, como en el PLD pero ahora, con más ahínco por la resistencia del propio partido, outsiders.

El Boli cuenta con él, en un momento que si partido fuera alguien, apostaría a que Cabrera no llegue a los números esperados y el PRM saque 3 diputados por la cantidad de votos y el siempre travieso Método D’Hont.

Algo es claro al final, si el Boli no se pone duro en las mesas y coloca sus «tigres» de su candidatura, no quedará ni el «médico chino» pues, hasta por deporte, hay quienes ni lo quisieron, ni lo quieren ni lo querrán pero actúan con saña, sin piedad y conocen «todos los trucos» más de lo que se sabe el propio Boli, que es «mucho decir».

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